¿Confiar en Cristo o no?
¡La Decisión Era Mía!

-Kristen Nadaskay

¿Confiar en Cristo o no? ¡La Decisión Era Mía!

Mi nombre es Kristen Nadaskay, y esta es mi historia.
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Yo sabía de Cristo y Su muerte y salvación desde que era pequeña. Yo tenía cinco años cuando yo oré con mi mamá para “ser salva.” Yo no recuerdo lo que yo dije o lo que yo estaba pensando en ese punto. Pero, yo creía que yo era salva. (Nota: La salvación y salva son términos Bíblicos que se refieren al perdón de los pecados por Dios y al rescate de una persona del poder y la penalidad de ese pecado. Este es el requisito de Dios para la vida eterna.) Yo tuve algunas dudas cuando yo tenía como ocho años y oraba todas las noches, “Señor, si yo no soy salva, sálvame ahora.” Con el pasar del tiempo, las dudas se fueron, y yo continúe creyendo que yo era salva.

Cuando yo tenía como diez años, nos mudamos al área de Emaus, y mis padres ingresaron a Lehigh Valley Baptist Church. Mientras, yo escuchaba a la predicación, mis dudas regresaban. Cuando yo tenía doce años, yo hablé con mi papá sobre estas dudas. El recomendó que yo hiciera un estudio Bíblico. En vez, yo pensé que yo me encargaría de esto. Así que, yo otra vez oré, diciendo todas las palabras correctas, pero sin verificar donde mi corazón estaba. Mis dudas se fueron, y yo realmente pensé que yo era salva.
En el otoño del 2003, cuando yo tenía trece años, el Hno. Rufus Edmisten estuvo en nuestra iglesia predicando lo servicios de avivamiento. Le habían pedido venir y predicar por dos semanas. El segundo domingo y lunes que el estuvo aquí, el predicó sobre el infierno. Yo no dudaba mi salvación realmente, pero yo no quería llegar al final de mi vida y estar equivocada. Yo pelee con esto por unos algunos días y finalmente admití que yo estaba perdida. Después de llegar a este punto, yo traté mi vieja rutina: orando las palabras correctas. Pero esta vez, inmediatamente, yo supe que había algo mal. Yo hablé con mi papá, y él me dijo que la salvación no tiene una receta a seguir.
“Yo comencé buscar al Señor, pero desafortunadamente, otras cosas y personas ocuparon mucha de mi atención.”
Yo comencé buscar al Señor, pero desafortunadamente, otras cosas y personas ocuparon mucha de mi atención. Yo SI quería ser salva, pero yo no estaba desagradada con mi vida como era. Yo sabía que yo necesitaba ser salva, pero yo pensé que “pasaría” antes de mucho tiempo.

El tiempo continuó. Yo asiste los campamentos, los servicios, y reuniones especiales. Varias personas me aconse jarón. Yo leí mi Biblia y otros libros sobre la salvación. Pero yo peleaba con orgullo. Después de todo, yo era una persona buena; yo siempre hice lo correcto, por lo menos en apariencias. Pero mi corazón estaba realmente muy pecaminoso, y más a menudo, yo podía ver cosas en apariencias que estaban mal, también. El Señor continuó dándome convicción de mi pecado, y finalmente, me trague el orgullo y admití que yo era una pecadora. Cuando yo conquisté mi orgullo, yo pelee con entregarle todo a Cristo.

En el verano del 2006, yo llegué finalmente a querer ser salva verdaderamente. Entonces, yo choque con la barrera más grande – confiar en Cristo. Yo sabía que yo necesitaba ser salva. Yo quiera ser salva. Yo sabía que Cristo era el único camino a la salvación. Yo hasta creía que Cristo quería salvarme. Pero, yo estaba buscando que me obligaran a ser salva; yo estaba buscando un sentimiento que me dijera que yo estaba lista para ser salva. Sin eso, yo no podría, o más verdaderamente, no quería confiar en Dios.

Esto continuó por mucho tiempo. En el otoño del 2007, el Hno. Wayne Hudson predicó reuniones de avivamiento. Uno de sus mensajes fue específicamente sobre el confiar. El usó una imagen visual para demostrar lo que él quería decir: El tenía una bola de balónpie marcada SENTIMIENTOS, una caja marcada FE, y una Biblia grande marcada HECHOS. Luego, el cogió la FE trató de ponerla encima de los SENTIMIENTOS (la bola de balónpie), pero no se quedaba. Entonces, el puso la FE sobre los HECHOS (la Biblia), y se quedó de lo mas bien. El citó este pequeño poema:

Emociones vienen, y emociones van,
Y emociones pueden en ganar;
Pero yo pongo mi confianza en la Palabra de Dios,
Porque en ella vale confiar.


Fue una lección poderosa, y realmente toco mi corazón. Pero, aunque yo pelee mucho con eso durante esa semana y la próxima yo no lo resolví. Pero, yo no quería olvidarlo esta vez. Yo estuve leyendo mi Biblia y buscando el Señor, pero no alcancé lograrlo. Todos me decían que esta era una decisión para confiar pero yo no podía solucionar COMO hacerlo.

Del 20 al 22 de enero del 2008, yo fui al campamento de invierno, el Pastor Morrison predico, y su segundo mensaje tenía exactamente que ver con lo que yo estaba peleando: La Fe. El describió mi caso exactamente: tratando de HACER algo para mi salvación. El dijo que su consejo para persona en era, “Ríndete: y permite que Dios haga la obra.” Yo realmente quería eso, pero algo estaba aun el medio. El martes por la noche, yo le envié un mensaje al Pastor Hammett y le dije que yo necesitaba su ayuda. Nos reunimos el próximo día, y el más o menos me dijo que yo estaba buscando un sentimiento, y yo solo necesitaba confiar en Dios.
“Yo sabía que tenía que ver con mi elección, y que ese día yo iba a escoger confiar en Cristo o escoger rechazarlo.”
Esa tarde a la casa, yo pasé tiempo a solas en mi dormitorio. Yo leí los versículos que el Pastor Hammett me dijo. Yo también escuché la parte de mensaje del Hno. Morrison en el sitio web. Yo pensé, Kristen, la única razón de no ser salva ahora es por tu decisión propia. Yo sabía que tenía que ver con mi elección, y que ese día yo iba a escoger confiar en Cristo o escoger rechazarlo. Por supuesta, esta fue una decisión que yo había estado haciendo por mucho tiempo. Yo me arrodillé y comencé a pensar sobre todo. No me apresuré a sólo decir palabras. Yo quería llegar a la decisión, sabiendo lo que yo estaba haciendo. Finalmente, yo comencé a hablarle a Dios.
Yo le dije que yo estaba escogiendo confiar en Él en ese momento con mi salvación, y que yo confiaría a pesar de no tener un sentimiento. Yo le pedí que me perdonara, aunque yo no lo merecía. Cuando yo terminé de orar, yo no tenía ningún sentimiento. Mis próximos pensamientos fueron dudar si era real o no. Pero yo me dije, No, yo confío en Dios en que El me salvo porque El lo dijo en Su Palabra. Eso no fue fácil para mí, pero yo sabía que si yo no ponía mi fe en La Palabra de Dios en ese momento, que cuando mis sentimientos cambiaron, yo iba a dudar. Yo también sabía que yo nunca podría hacer nada para salvarme a mi misma. Yo no me podría arrepentir lo suficiente o creer lo suficiente. ¡EL tendría que hacer toda la obra!

Desde ese momento, yo he visto que Dios está obrando en mi vida, cambio de mí para estar más bien Cristo. Los versículos en la Biblia que yo leí anteriormente ahora tienen significado nuevo para mí. Yo ahora deseo a hacer bien y complacer al Señor, y yo quiero seguir Su camino para mi vida. Segunda de Timoteo 1:12 dice, “Porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi deposito para aquel día.” ¡Dios fue muy bueno con migo, en esperar tanto tiempo por mi! ¡Mi confianza descansa en Él como mi salvación!